Rodeado de ánimas nocturnas
disidentes del presente,
me vuelvo alcohol
y regreso a la sinceridad dormida
asomando a tu lado.
Como el puente que contempla viejo,
el paso del agua
te miro hasta que desapareces
y me oculto en mi rutina
de olvidos conscientes.
Un rincón, donde ser yo, reencontrarme con mis recuerdos, mi espuma azotada del Cantábrico, mis esquinas no cruzadas, las veredas recorridas en segundos que en ocasiones fueron siempre, y a veces guiado por el impulso de una locura que me hace ser como soy. Gracias por venir
lunes, 2 de julio de 2012
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