martes, 25 de febrero de 2014

CEGUERA


 
Aquel día la ilusión fue sólo 

ilusión

Un rocío desgarrado cubría la mañana

Y mis lágrimas lloraban rojo.



Sin sombra, escondías palabras

En el eco de la distancia.

Ya no sabías verme

12 comentarios:

  1. Que sería de nosotros sin ilusión? Aunque llores rojo, habrá merecido la pena. Desde el eco de la distancia, aún consigo verte.Fekicidades comio siempre, poeta

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  2. Gracias anónimo. Afortunadamente, en ocasiones el eco resuena tan fuerte que no existen distancias, y, si queremos, siempre sabremos ver.

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  3. Breve e intenso,tan precioso y preciso que casi se puede palpar el dolor...

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  4. Es posible que el eco no sea suficiente, desafortunadamente el sonido pasa rápidamente a nuestro lado.
    Quizá para que nos vean, deberíamos hacernos ver. Dejar pasar el tiempo en espera de ser visto, puede ser dañino. Un beso Fran

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  5. Myriam, siempre. Precioso, preciso, breve, intenso. Todo etéreo, todo eterno

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  6. Anónimo madrugador. Gracias por tus palabras, y recuerda que para que haya eco, tiene que haber sonido antes, para que te vean, a vece no basta con dejarnos ver, sino con que quieran vernos, y dejar pasar el tiempo solo es dañino, cuando nos quedamos rescoldos que no se apagan o que no somos capaces de hacer arder de nuevo. Un beso, anónimo

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  7. Es bueno caminar sin equipaje entonces. Un beso Fran

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  8. Es bueno entender el equipaje. Un beso Maybe?

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  9. El equipaje termina pesando demasiado. Un beso, Fran

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  10. Maybe, seas quien seas, el equipaje solo pesa cuando no lo acomodas correctamente, o lo que cargas no sirve. Lo útil, lo necesario, siempre tiene un lugar.Un beso

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  11. Lo bueno y lo malo que tiene el eco es que, aun en las distancias más largas... siempre repite-epite-pite-ite-te-e-e-e-e-e-e-e...
    Y no importa nada que nos haga ciegos.
    ¡Me encanta que hayas vuelto, Fran, no dejes de escribir!

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  12. Gracias No(elia) Con seguidores como tú, es un halago sentirse leído, y un empujón a mis yemas

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