Tengo la sensación de haberte vivido,
y sólo te he soñado.
Pero soñé tan fuerte, contigo a mi lado,
que no respiro, desde que tú te has ido,
que no soy vivo, desde que he despertado.
Un rincón, donde ser yo, reencontrarme con mis recuerdos, mi espuma azotada del Cantábrico, mis esquinas no cruzadas, las veredas recorridas en segundos que en ocasiones fueron siempre, y a veces guiado por el impulso de una locura que me hace ser como soy. Gracias por venir
Tengo la sensación de haberte vivido,
y sólo te he soñado.
Pero soñé tan fuerte, contigo a mi lado,
que no respiro, desde que tú te has ido,
que no soy vivo, desde que he despertado.
Aquel día la ilusión fue sólo ilusión Un rocío desgarrado cubría la mañana Y mis lágrimas lloraban rojo. Sin sombra, escondías palabras En el eco de la distancia. Ya no sabías verme
Aceras paseando solitarias
Temerosas de efervescentes conciencias
Racimos colgados de miseria
En balcones ávidos de esperanza
Derretida rabia con esporas mojadas,
Perdidos ojos, nublados de impaciencia
Soplo de luz sesgada,
Paso abierto entre llantos de piedra.
Fran Sánchez
Rodeado de ánimas nocturnas
disidentes del presente,
me vuelvo alcohol
y regreso a la sinceridad dormida
asomando a tu lado.
Como el puente que contempla viejo,
el paso del agua
te miro hasta que desapareces
y me oculto en mi rutina
de olvidos conscientes.
Un traje de rayas con bola
Sillones vivos de paciencia
Un árbol eterno de frutos
Mil espejos de inteligencia.